domingo, 22 de abril de 2012

Fácil

Voy a hacerlo fácil. Voy a olvidarte. Voy a dejar de ansiarte, de sentirte, de quererte. Voy a perder la cabeza en otros motivos y en otras tareas. Voy a a hacerlo fácil. Voy a enterrarte entre hojas viejas de cuadernos olvidados. Voy a conseguir que fluya mi imaginación y terminar de creer que nunca has existido. Voy a bucear en las lágrimas y soñaré que nunca me quisiste, que nunca estuve en tus brazos, que nunca has estado dentro de mi.

Voy a ponertelo fácil. Voy a seguir las reglas que yo misma impuse. Distancia, distancia, distancia. Voy a maltratarme con tardes de estudio sin oír tu voz, con mañanas de trabajo y tareas domésticas sin ver tu rostro a través de la pantalla.

Voy a ponernos fáciles las cosas. Voy a olvidarme de tus manos, de tu lengua, de tus labios. De tu pelo alborotado, de mis dedos acariciándote la barba y mi pelvis curvándose de placer con cada embestida tuya. Voy a olvidarme de tus besos, de tus caricias en la espalda, de los mimos, de las risas, del placer. De mi lengua jugando con el aro de tu oreja, de tu olor que se me queda impregnado en la piel durante días, resistiendo al agua y al jabón, o quizás sea mi memoria olfativa que lo recuerda a cada minuto...

Voy a ponerme fácil la vida. Voy a sacarte de mis entrañas, con cuchillo y tenedor, rebanando tu recuerdo en cada minuto que mis neuronas fabriquen una imagen tuya. Voy a dejar de imaginarte tocando el piano en mi cuerpo. Voy a dejar de imaginarte comiéndome entera. Voy a dejar de recordar las mañanas, las tardes, las noches. Los sueños que tenemos en voz alta, los castillos en el aire. Las palabras, los piropos, la ilusión. Voy a encerrarlo con candado todo.

Voy a hacerlo fácil, cielo, voy a dejar de hacer todas esas cosas. En serio, me lo propongo. En serio, me digo. Y pasa un minuto, imagino tus ojos clavados en los míos, tus pupilas pardas enmarcadas en su circulo oscuro, negro, tus pestañas largas, curvadas, enredadas en las mías cuando te acercas para besarme... y me olvido de todo...

Si, cielo, ¿qué te estaba contando?