miércoles, 29 de diciembre de 2010

A vueltas con la uve

Verte, que te quiero, verte. Vivo en valles vastos y verdes, sin vértigo ni vanidad...Valiente verdad. Vetusta vehemencia. Vergüenza vetada. Vomitiva violencia.
Vana vida si vivo sin verte. Vuelo vacía de vino y veneno. Viajo al volcán de tu vientre visceralmente. Soy vehemente en mi verdad. Vuelve. Vino en las venas.
Vuelvo a verte vagando por la vida. Vuelvo a venerarte como al viento. Vuelvo a viajar hasta tu vientre. Vuelvo a vaciarme en tu veneno. Visita mi vientre con valentía .Viste mi vulva con vientos de vehemencia. Vacía mi vista de vanidad y violencia, y viaja por mis venas vertidas. Virtud vestida de vicio. Venda que vela mi visión. Volcanes vertiendo virutas de vida. Vértigo que vence a mi valor. Vuela esta vida conmigo... Vestigios de una vida no vivida vuelven a velar mi voluntad. La venda que viola la visión, vacila ante la vehemencia de la verdad. .

Mi vida varía con solo verte. Vertiste tu veneno en mis venas y volé con el viento hacia una vida de verdad. Viajé entre vaporosas virutas y no vacilé, fui valiente. Verano veloz, vetusta y vana voluntad, virtud venial venerarte. Veneno en las venas, vértigo visual. Versos violentos y vacíos, vidas que vagan vacuas. Vinagre como veneno en las venas, vestigios de voluntades vedadas. El veneno de tu virilidad, vuela por mi vientre, venciendo a mi virtud. Nave que vino de vuelta, navega por mis venas convulsas. Volcanes violentos, verdes envidias. Vida. Vislumbras el vientre de tu vanidosa Venus, vestida de violetas y verdes. Veneno violento, el volcán de la voracidad. ¿Verdad o envidia?

Bonus track:
Yo me visto con el violeta de la verdad.
Tú te vistes con el verde de la vergüenza.
Una vida vagaba, y quería viajar.
Viento vencido que no vuela.

Nota: No sé si fue primero el insomnio, o twitter. Desde luego, para mí esta ha sido una noche en blanco, en la que dormí apenas media hora. En blanco para el sueño, en creatividad, considero que ha sido muy, pero que muy productiva. Insomnio se escribe con uve.

Abecedario

Amóla 
brutalmente 
como 
dorada 
espiga, 
febril, 
gentil, 
hábito incólume, 
jadeo kilométrico, 
locura maldita, 
nunca olvidó perdonar, 
quizás responsablemente
sopesó tomar un voluptuoso whisky, 
xenxis y zozobró.

lunes, 20 de diciembre de 2010

Niebla

Las calles cubiertas por la niebla, densa, blanca, somnolienta. Ella corría mirando atrás de vez en cuando, pero no asustada, sino esperando verlo aparecer como una sombra.
Las hojas caídas de los árboles teñían de marrón el otoño y se desdibujaba la sonrisa de la tarde, encontrándose lentamente con la noche, apagándose, adormeciéndose.

Llegó a la estación cuando aún faltaban 5 minutos para la salida del tren. Dudó si subirse o esperar a la última llamada. Todavía soñaba con que él llegara a impedirle la partida.
Fueron cinco minutos frenéticos, agónicos, que se pasaron en un suspiro. Un revisor pasó junto a ella y le advirtió de que lo que se oía por la desgastada megafonía de la estación, abierta, al aire libre, era la última llamada para su tren. Con lágrimas en los ojos y abriéndose paso entre la niebla, subió al vagón, y se acomodó junto a la ventanilla. Un minuto más. Él tenía que aparecer.

Y de pronto lo vio, salpicando la opacidad de la neblina con su jersey de colores. No pudo aguantar más. El corazón le latió desbocado y su cuerpo, como un resorte, se puso en pie. Bajó al andén de un salto y corrió hacia él. Estaba de espaldas, jugando con el paraguas amarillo, a modo de bastón, repicando en los adoquines alegremente. Puso una mano en su espalda. Él se dio la vuelta despacio. Y entonces ella notó que el corazón se le paraba en el pecho. Otro rostro la recibió sonriente, otros ojos la miraban sorprendidos y otros labios preguntaban amablemente si la podían ayudar en algo.

Desesperada se giró, mirando el tren. Y solo alcanzó a ver la cara que esperaba ver detrás del cristal de un vagón que se alejaba...

La música que podéis oír se titula "La sombra del viento" y es el primer tema de la banda sonora de la novela homónima de Carlos Ruiz Zafón, compuesta por él mismo. Espero que la disfrutéis tanto como yo.

miércoles, 15 de diciembre de 2010

La señora que cultivaba gatitos (colaboración III)

@saulcastillo me ha escrito este cuento, y yo se lo agradezco infinitamente. Él sabe que le quiero pero no se imagina cuánto. Y aprovecho para recomendaros su blog, que es genial: El señor de los mosquitos

Había una vez, en un país muy lejano, una señora que dedicaba sus mañanas a cultivar gatitos. Para ello, utilizaba unas ancestrales semillas que solo brotaban bajo unas condiciones muy concretas.

En primer lugar, se necesitaba una maceta de cerámica fabricada en siglo XIX. Las modernas macetas de plástico no servían, pues no contenían el cariño necesario en su fabricación: solo con altas dosis de dedicación en la maceta, el gatito podría brotar.

También se necesitaba una tierra especial, que había que preparar en la víspera, con los pies descalzos. Se añadía una pizca de orégano y unos cuantos garbanzos, aunque no más de doce. Si algo faltaba o sobraba en la mezcla, los gatitos no brotarían.

Por último, había que tener en cuenta el agua de riego. Debía estar exactamente a dieciocho grados y medio. ¡Y no se podía echar demasiada! En cuanto los garbanzos se desprendieran de la tierra, había que frenar el riego.

Una vez se dieran todas las condiciones, solo cabía esperar. Al cabo de siete cuartos de hora, podrían brotar uno, dos o incluso tres gatitos. Es fácil saber el momento exacto de recolección, pues los gatitos maúllan de hambre nada más brotar.

Como veis, queridos niños, el trabajo de esta señora era tremendamente complicado. Pues sin la semilla especial, la maceta concreta, la mezcla exacta, y el agua a su temperatura; no brotaría ningún gatito.

Los vecinos de esta simpática señora, envidiosos todos ellos, decidieron imitar su quehacer matinal, dado que se sentían indignos sin gatitos en sus macetas. "Pues yo también seré capaz de cultivar gatos como la asquerosa señora ésa", decía uno de los envidiosos vecinos. "Claro que sí, claro que sí", contestaba otra.

Y es por ello que pidieron, de malas maneras, semillas a la señora, que con mucho gusto regaló a cada uno de sus vecinos.

Y a la mañana siguiente, todos los vecinos de aquel lejano barrio de ese lejano país, se dispusieron a cultivar gatitos con los primeros rayos de sol de la mañana. "Ya verás, esto va a ser una invasión gatuna de la hostia", decía un vecino contando garbanzos. "Esa señora asquerosa ya no tendrá de qué presumir", decía otro, que se afanaba en comprobar la temperatura del agua.

Sin embargo, a mediodía, solo en la casa de nuestra protagonista se escuchaban maullidos.

¿Sabéis por qué, queridos niños?

Pues porque aun teniendo la semilla especial, la maceta perfecta, la tierra adecuada y el agua a su temperatura, era necesario algo más para que los gatitos brotaran. Algo, que todos esos envidiosos vecinos desconocían.

Amor.

Sin amor o sin cariño en la tarea, ningún gatito podría brotar en su maceta.

Y es por ello, queridos niños, que no os debéis dejar llevar nunca por la envidia, pues sin amor, las cosas no salen del todo bien. Y colorín colorado, este cuento gatuno e improvisado, se ha acabado.

sábado, 11 de diciembre de 2010

Ven

Ven.
Acude a mi llamada.
Sílbame si me necesitas.
Sal a la calle y grítalo a los cuatro vientos.
Vámonos lejos.
Secuestra mi alma.
Escríbeme notas y cuélgalas en la nevera.
Llena la casa de velas.
Hazme un camino con pétalos de rosa.
Cubre nuestro lecho con flores.
Ámame sobre todas las cosas.
Llámame ¿necesitas mi ayuda?
Estoy ahí, y lo sabes.
Siempre estoy ahí.
Preparemos las maletas para un mundo nuevo.
Crucemos el charco.
Durmamos la mañana hasta que el sol nos haga cosquillas en la nariz.
Hagamos el amor bendiciendo habitaciones.
Ven.


viernes, 10 de diciembre de 2010

Desde lejos (colaboración II)

 Me dejas sin palabras, @Onirica_ , realmente me has sorprendido gratamente, metiéndote un poco en mi cabeza... es perfecto y te lo agradezco infinitamente. Me has emocionado tanto...


DESDE LEJOS
Estoy en el ombligo de la luna
me vine para verte desde lejos.
Te miro acomodada en mi tribuna
intentando sacarme los complejos.

Te observo a través de la ventana,
aquella que has abierto esta noche;
absorta mi mirada te profana
sin miedo de ganarme algún reproche.

Silente me enmaraño en tu cabello
absorbo de tu cuerpo su perfume,
me aparco de momento por tu cuello
al fin que a tu censura soy inmune.

Con tu cálido aliento me emborracho,
en tus cobrizos ojos me reflejo,
a tus carnosos labios yo me engancho
con tus manos las mías entretejo.

Y rozo levemente con mis dedos
(que llegan disfrazados de rayitos)
tu piel que se estremece alborozada,
colmada por deseos infinitos.

Habiéndote impregnado de caricias
y de besos mutados a luceros,
te arropo con ternuras desmedidas,
también con apapachos lisonjeros.

Más tus sueños los tienes en penumbra
intento verlos pero no me dejas,
será porque no quieres que descubra
que sufres como yo cuando te alejas.

Aquí me quedaré acurrucada
no quiero distraerme ni un momento,
pues sé que cada noche tu mirada
la vas a dirigir a mi aposento.

lunes, 6 de diciembre de 2010

También pudo pasarte a ti (colaboración I)

Muchas gracias a @chavelafe por esta maravillosa colaboración en mi blog. ¡Eres fantástica!.

TAMBIÉN PUDO PASARTE A TI
Antes, yo vivía en un cuartucho polvoriento, con poca luz , pobre y solo. Hasta que, un día, decidí dibujarme la cara, escribir una historia y salir a la calle. Para mi sorpresa fue todo un éxito y desde entonces viví en las mejores bibliotecas del país hasta que, ayer mismo, un extraño estudiante, decidió cambiar mi acomodada vida. Ahora vivo en estaciones de tren, pisos de estudiante, céntricas mansiones, cárceles... en diferentes países, en el Twitter de muchos ordenadores... como el tuyo.

sábado, 4 de diciembre de 2010

Clímax

Manos entrelazadas
manos ardientes
manos que acarician senos
manos que agonizan
perdiéndose en la humedad de un gemido.
Labios que besan párpados
labios que buscan secretos dormidos
entre mis piernas
labios susurrando te quieros
apagados por el frío.
Piernas atadas a otras piernas
pies helados buscando calor.
Sexo urgente y desesperado
en cada lucha bajo las sábanas.
Ojos perdidos en el cristal traslúcido de otros ojos
pestañas enredadas en las mías
espejo del alma tatuado en mi piel,
deseo contenido durante días
para volcarlo suavemente en mis noches.
Espaldas tersas curvadas por el placer
sentimientos confusos al alba
¿uno más? o mirarnos suavemente...
Lenguas buscándose húmedas y tensas
lenguas lamiendo pezones,
recorriendo tu cuello,
bajando lentamente para recrearse en tu ombligo.
Y seguir el viaje al sur. Clímax.


Lienzo basado en la escultura "Eros y Psique" de Canova.
La escultura puede verse en el Museo del Lovre, París.