Sed. Frío. Susurros. Odio que me digas que grito, porque a tu lado, es cuando más evito hacerlo. Y lo sabes.
Hubiera preferido que en lugar de dejarme a la puerta de la casa y huir como si hubieras visto un fantasma, te hubieras atrevido a decirme: Si, siempre ha sido así. Y siempre será.
Pero supongo que para ti está todo dicho ya. Crees que soy lo suficientemente inteligente como para interpretar cada una de tus palabras y saber exactamente lo que quieres decirme, pero a veces, me vuelvo un poco loca.
A veces me gustaría poder sentarte delante de una taza de café, o de una cerveza, y escucharte. Escuchar todo aquello que me dices con miradas e indirectas y que nunca sé si es mi imaginación la que planea por la mentira, o son tus cúmulos de verdades las que parecen una amalgama de falsedad. Necesito que me lo aclares.
Nunca me han gustado las princesas, nunca he querido un príncipe azul. Me bastaba con el caballo y el paje, me sobraba, nunca he necesitado más. Pero mirarte me provoca dolor y los kilómetros dudas. Y entonces, me desnudo de sensatez, arrojo mi cordura por la ventana y deseo con fuerza que aparezcas, me cojas de la mano y me secuestres, me lleves lejos, te olvides de todo lo demás y solo importemos tú y yo.
Así, solo así, sería la única manera en que todo estaría dicho.
3 comentarios:
estoy en las sombras pero ya sabes que te leo.....increible como siempre....no hay palabras nena...simplemente genial....millones de besoss
¡¡Gracias guapa!!! Pero en las sombras estáis los que más me queréis ;)
Además te habrás dado cuenta de que me has servido de inspiración... :P
como respinga leerte... como ya te dije en su dia, vas a serme de gran compañia, en estas noches de invierno que se avecina.
Desde Logroño, ennhorabuena, un beso.
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