De cría, los fines de semana que nos íbamos al pueblo, los recuerdo subiendo o bajando el Pajares, medio mareada, y en el dial de la radio, fútbol. Por aquel entonces, el Carrusel no "existía". Mandaba García y yo solo me acuerdo de Javier Ares y poco más. Era pequeña y me mareaba en el coche. Pero entonces entré en el instituto. Con unos 14 años, pardillina yo, lo único que me hacía vivir eran los fines de semana de fútbol. Ir al Molinón a ver a mi Sporting, que por aquella andábamos en primera y llevarme la radio, para escuchar Carrusel.
También oía El Larguero y llegaba a clase con cara de sueño, pero discutía con mis compañeros de fútbol, en aquel entonces, a pocas chicas nos gustaba el fútbol.
Pasaron los años, me tuve que ir a estudiar fuera, a Salamanca, a la Universidad. Pero la radio seguía ahí. Recuerdo los esfuerzos que tenía que hacer para contenerme y no encender la radio, y estudiar, sobre todo los sábados y domingos previos al final de liga. Recuerdo tablas de embutido y queso y unas cervezas, y siempre, siempre, la voz de Paco animando la tarde, las risas, el fútbol.
Siguieron pasando los años y la banda sonora de mi vida seguía llena de Carrusel. Compré un piso, iba allí los domingos con mi novio (ahora marido) a ver si conseguíamos ver al Sporting por internet. El Sporting andaba entonces en los infiernos, pero tu Oviedo, todavía peor. Nadie mejor para inventarse lo de las capitales de provincia con equipos en Tercera para hablar de ellos. No lo reprocho, a mí me parece bien. Si no tiramos por la tierra, ¿quién lo va a hacer? Me decían en Salamanca que los asturianos, mucha piquilla, mucha rivalidad, pero que en cuanto salíamos de Asturias, nos uníamos como cemento. Pues claro, la tierrina tira. Ye guapina, ye especial.
Es como en esto. No hay camisetas, colores, escudos ni banderas que valgan. Te han demostrado su apoyo, lo que te quieren, gentes de infinidad de puntos de España. Da igual el equipo, da igual la división. En esto, estamos todos juntos, contigo. Porque tenemos algo en común, tu voz, la radio, el fútbol. Porque muchos hemos crecido contigo.
Pasaron unos pocos años más. Nos casamos, nos hicimos una casa. El Carrusel sigue con nosotros, sigue componiendo la banda sonora de nuestras vidas. Nos planteamos tener hijos que aún no han llegado, y siempre, siempre, de fondo Carrusel. Hijos que creíamos que crecerían con tu voz, como nosotros. Hijos que pensábamos que aprenderían de fútbol y de la vida, escuchando Carrusel y riéndose. Y que empezarían a hablar diciendo esas tonterías que repetimos ya en casa, como si fuerais de la familia: un brazzo, si entra es gol, bakalá kalá… que se cachondearían o asustarían en función de las predicciones que hicieras, que se hiciese el gracioso gritando Holaaaaa Holaaaaaa, como hemos hecho todos alguna vez…
Ahora tantos años después, el Carrusel sigue a mi lado. De la Morena, no. Prefiero irme a la cama a leer un buen libro. Han cambiado muchas cosas en la radio nocturna. Ya no me da las buenas noches Pepe Domingo, un hombre que consiguió hacerme llorar una noche de Larguero en el Jovellanos, cantando “Dime paxarin parleru” después de habernos leído su particular visión de la jornada, su resumen de la noche. Y yo ahí, sentada en las butacas, en directo. Ese día El Larguero acabó a las 2 de la mañana. Yo todavía lo disfrutaba, cosa que no me pasa desde hace varios años, motivo por el cual he dejado de oírlo.
Pero no es sólo eso. Vuelvo a Gijón, de vez en cuando, a ver a la familia, y sigue habiendo una radio en cada habitación de la casa, sintonizada en la SER. Se sigue viendo el fútbol con el volumen de la TV quitado y Carrusel de fondo. Se sigue discutiendo con buen ánimo de los penaltis, fueras de juego y tarjetas de cada partido. Nos seguimos riendo cuando Fyby, la cocker de mi madre, se larga a la cocina cuando habla Morata. Seguimos cenando los domingos bocadillos para no perdernos el partido del plus, pero siempre con Carrusel.
No puedo ni quiero pensar que se haya perdido eso. No puedo ni quiero pensar que una de las personas a quienes yo consideraba uno de los mejores periodistas deportivos españoles ya no esté al frente de Carrusel. Ojalá todo quede en una bakalá kalá. Ojalá todo se reconduzca, y no solo vuelvas tú, Paco, sino también la primera hora que hemos perdido.
Lo más importante de Carrusel, en el fondo, no era el fútbol. Tú mismo reconociste una vez, que en los partidos aburridos era cuando mejor os lo pasabais. Lo más importante de Carrusel era el buen rollo que transmitíais, llegando a enganchar incluso a personas que no les gusta el fútbol. El cachondeo, las risas, la participación de los oyentes… todos los cuales formamos una gran familia. La familia de Carrusel.
Ánimo Paco, pase lo que pase, estés donde estés, vayas donde vayas, estaremos contigo.